Me acabo de tropezar con una práctica maravillosa. Y da la casualidad que en breve tengo que entregar un presupuesto. A ver qué os parece el invento:
Desde el primer día quienes se acercan a mi mesa y preguntan se llevan una sorpresa: mis cosas no tienen precio. (…) Todas mis piezas están acompañandas del total de horas que me tomó hacerlas. Los pines de madera y las impresiones varían entre 4-13 horas, los estiquels varían entre 2-5 horas y las revistitas (zines) entre 10-30 horas. Estas horas incluyen el tiempo de ilustración y producción de las piezas.
Muy interesante! Y muy bien explicado por su parte
Lo único que quizás no está valorado en ese sistema es el tiempo que una tarda en “aprender” a desarrollar las cosas, así cómo lo que cuesta el material necesario para hacerlo.
Como músico semi-profesional, me acuerdo lo poco que nos pagaban y yo pensaba que obviamente no cubría las horas que dedicábamos a un concierto en particular ni el transporte, pero mucho menos las horas de ensayo y el valor a nivel de material (bajo, amplificador, locales de ensayo, etc.).